Lanzarote Juntos – Mi Propio Ironman

Me tomó unas dias poder escribir algo sobre el sábado pasado: Mi Propio Ironman, pero tengo que intentarlo ahora porque quiero contarles sobre este día tan especial y agradecerles por su apoyo.

He vivido el día de dos formas diferentes, como triatleta y como ser humano normal (aunque los triatletas son seres humanos). Junto con mi entrenador hemos preparado este Ironman que era una carrera real. Con un verano de entrenamiento sólido, comencé mi semana de descarga con algunas dudas, pero día a día comencé a sentirme más listo para darlo todo el 10 de octubre, fecha del Campeonato mundial de Kona-Hawaii.

Comenzamos a las 7:30 desde Playa Grande, la salida oficial del Ironman Lanzarote, a 300 metros de la zona de transición en el Centro Deportivo Fariones. Todo se sintió como una carrera real, había competidores, seguidores y la leyenda Kenneth Gasque que me deseaba suerte: “El año pasado estuve en Hawaii para el ‘Hall of Fame’, pero el Hall of Fame fama ahora está en Lanzarote, donde la gente hoy hacen su propio Ironman y Tessa está el lider, gracias a ella por devolver este deporte a la isla”.

Tuve a mi entrenador de natación para guiarme a través de la natación de 3800m, que se sintió genial y cómoda. Exactamente como estaba planeado, terminamos por debajo de los 58′, una marca personal. Siempre es bueno empezar con buenas sensaciones en los 180km de recorrido de bici. También eso se sintió bien desde el principio y tenía un gran equipo conmigo: James Mitchell multitareanda para fotos, videos y reportaje en directo, la furgoneta de Tribike Lanzarote con mi entrenador y un mecánico y Segura (Segura Sports Lanzarote) en el motor para vigile el tráfico. Las primeras 3 horas estuve volando y controlando los vatios para asegurarme de poder correr un maratón fuerte. Pero luego comencé a sentirme un poco sin energía, mientras tomaba más nutrición de lo habitual. Traté de mantener la cabeza fría, literal y figurativamente, y logré terminar bastante bien el paseo en bicicleta de 5h55, todavía con la confianza para poder correr bien. Pero pronto volví a la realidad…

Entré al Centro Deportivo Fariones para cambiar mis zapatillas de bici por las HOKA Carbon X SPE. Había 4 niños discapacitados, Fernando, George, Flynn y Ubay haciendo su parte de bici, con un grupo de seguidores a su alrededor. Tuve que tragarme las lágrimas y me alegré de verlos tan motivados e impresionados. Me recordó por qué estaba haciendo esto, soy su héroe. Con un gran aplauso, me puse a correr 42km: una vuelta grande de 31km, seguido de otra vuelta de 11km, después de los cuales los niños y nuestros seguidores se unían a mí en el último kilómetro.

Tenía a mi entrenador, otros dos amigos y James a mi lado en las bicicletas, para proporcionarme todo lo que necesitaba. Pero pronto, muy pronto, sentí que lo que necesitaba no era agua, gel o electrolitos… Era un hombro en lo que llorar. Ni 5 kilómetro pude correr al ritmo del plan de 4:40-4:45/km, tuve que parar y me rompí mentalmente. Nunca se me ocurrió renunciar, solo me dije a mí mismo: este va a ser un camino muy largo hasta la línea de meta, pero necesito hacer esto. Con el apoyo de mi equipo, seguí trotando y me animaban de vez en cuando cuando pasábamos por un restaurante. Simplemente no entendía lo que estaba pasando, me había apegado al plan, había tomado mi nutrición, pero me sentía vacía, sin fuerza y con el estómago bloqueado. Tenía que caminar cada vez más, así que Swimlab tuvo que decidir comenzar la camina con los niños. Juntos deberíamos terminar mi vuelta de 31km, pero estaba convencido de terminar mis 42km.

Lo que sucedió en la avenida fue realmente asombroso, todos caminaban hacia mí, más lejos de lo que jamás pensaron que sería posible. De la mano, con lágrimas en los ojos, continuamos nuestro camino al centro deportivo. Tuvieron que convencerme en el camino: “La misión está cumplida, todos están más que agradecidos por lo que has hecho, no hay escaneo de palabras que describa esto. Ya es suficiente, ya has sufrido bastante, no queremos que sufras, no tienes que hacerlo. Hicimos esto juntos, los niños juntos han hecho tus últimos 11km, debes aceptar que ya está bien!” La meta fue emotiva, pero me enorgulleció mucho. Yo, los niños y el resto de los participantes obtuvimos nuestra medalla de manos de Kenneth Gasque, y estaba agradecido de llevarme la ‘medalla de logro especial del Ironman Lanzarote’ alrededor de mi cuello.

Ha sido un día impresionante y inolvidable en el que nunca antes había sentido tantas emociones. He tenido una pelea dentro de mí, como triatleta y como ser humano. Ha habido un error en mi plan de nutrición. Los análisis de la carrera, las 70.3 carreras que hice como entrenamiento, los entrenamientos actuales y las carreras y sesiones del pasado, muestran que la única razón de este carrera mala puede estar relacionada con mi plan de nutrición. El resultado del sábado me decepcionó como triatleta, pero también veo cosas positivas: no pude hacer una mejor prueba y tenemos tiempo para probar y mejorar de nuevo.

Montones de mensajes, comentarios, videos y fotos me hicieron darme cuenta de que tenía que estar absolutamente orgulloso de lo que he logrado con este proyecto. Cuando se me ocurrió la idea, nunca pensé que debería tener un impacto tan grande. Y la cantidad de dinero que hemos recaudado es solo una confirmación de eso:

Un día para nunca olvidar, un día que le dio a 2020 la energía y la positividad que todos necesitábamos. Me ha permitido hacer mi trabajo con placer y motivación. Ha sido un entrenamiento de calidad para el futuro, en un nivel que no podría tener si no tuviera este objetivo. Ahora es el momento de descansar un poco por mi cuerpo pero mas por mi mente, el impacto ha sido enorme y necesito tiempo para darme cuenta de lo que ha sucedido y revivir en mi mente los momentos especiales que tuvimos. Estos recuerdos durarán para siempre. Recuerdos que me ayudarán en el futuro cuando las cosas se pongan difíciles, porque más que nunca he aprendido: ¡NUNCA TE RINDAS Y JUNTOS SOMOS MAS FUERTES!